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Comentarios de lectores sobre De Cal y Sombras y la autora María Cabrillana de Rivas:

  • De Cal y Sombras es un devenir de historias cruzadas, un relato lleno de detalles y de personajes avergonzados, sencillos, crueles, adorables. Personajes que se resignan, que no brillan por miedo a brillar y al qué dirán. Historias llenas de esa maldad hecha vecindad, de esa vergüenza instintiva tan arraiga en la gente de cualquier pueblo de una España cargada de mala leche y miedo. De un sabor agridulce, es oscuro como ese café que empapa las hojas de este libro y al igual que éste, ya al final, en el penúltimo sorbo, se perciben todos los sabores. Sabores que invitan a una reflexión, a una introspección que nos recuerda que debemos ser felices, dar ese paso hacia nuestros sueños o anhelos sin importarnos el qué dirán, sin importarnos brillar. -J.L.F.-

  • Dejando a un lado la estupenda labor de recordar las actividades, prácticamente perdidas, de los pueblos de nuestra infancia y la ternura y disciplina que se respiraba en la casa, me han encantado la cruel historia de Adela la Ruiseñora, me ha gustado la triste historia dulce y me ha seducido poderosamente la terrible historia de la Seca y el Corto, en la que deseé que de los luminosos encuentros en el bosque redimieran de sus soledades, pero me tení­as guardada la trágica sorpresa de la naturaleza humana envenenada con su propia miseria. Me pareció fantástica la forma de reunir todas las historias, la ternura entre los hermanos y el gesto final entre Andrés y la pastelera. -J.M.R.-

  • He visto tantos detalles de mi infancia reflejados en este libro, tantos juegos, he reído con los personajes, he llorado con la historia de La Seca, he sentido rabia con El Corto, he querido que se cayera por el barranco cualquier noche de borrachera, me quedé sorprendida con el final de Andrés, en fin, numerosos momentos podría enumerar que han hecho de la lectura un placer que hacía tiempo no conseguía al leer un libro. -M.E.-

  • La delicadeza con que se trata las “sombras” me ha llegado al corazón. Hacía años que no leía un libro que hablara con tanta sensibilidad y, a la vez, de forma tan sencilla de todas aquellas situaciones que se dan en el alma de los desdichados. No importa el pueblo, ni la geografí­a, los personajes se encuentran en cualquier lugar. Las situaciones cotidianas que se cuentan han despertado mis sentidos. Escondidos en algún lugar de mi cerebro desde hace años. A medida que iba leyendo volvían a mí, recuerdos olvidados: coger la sal del bacalao que cortaba el tendero cuando iba a comprarlo con mi abuela, los juegos en la plaza, el calcar en un papel las monedas para luego jugar a las tiendas, los sentimientos de la protagonista al morir su abuela … tantas y tantas cosas. Pasar las páginas ha sido volver a vivir muchas de esas situaciones de mi niñez. De Cal y Sombras me ha cogido desprevenida. He pasado sus hojas a velocidad de vértigo, impaciente por saber más y más. -E.C.-